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domingo, junio 30, 2013

Acosador en Arroyo Seco

Agraciada y Gral. Aguilar a las 5 de la tarde. La gente va saliendo de sus trabajos, caminando por todas
partes con aires agitados, estresados, como si tan solo contaran los días de su vida con rayitas en la pared . Yo estaba sentado en el muro de la UTU de Arroyo Seco escuchando Los Alamos, gozando con esa música mezcla de psicodelia, indie y spaghetti western soundtrack. A los 10 minutos de estar allí sentado veo a lo lejos una silueta que auguraba un deleite visual, un nuevo registro en la base de datos de la lujuria. Se iba acercando mientras el tema "Cola de Cascabel" llegaba a su climax. Se acercaba vestida de remera hering roja y campera de cuero negra, jeans de tiro largo, marcando unas caderas imponentes, garantía de un buen culo "for sure".

Ella pasa delante mío mientras el tema de Los Alamos toma ese ritmo lento e hipnótico. Cuando la veo de atrás mis expectativas se ven colmadas de inmediato. Sin embargo, atraído por una fuerza misteriosa y depravada, me levanto y comienzo a seguirla. No estaba tomando conciencia de lo que estaba haciendo: simplemente lo hice. Caminaba a unos diez metros de ella observando su aspecto de cantante garage combinado con algo de Selena, aquella cantante tropical asesinada por una fan.

Pasadas tres cuadras de seguimiento decido acercarme más e intentar algo porque la situación de mi cuerpo era incontenible. Me pedía a gritos que hiciera algo, que me la quedara como fuese. Mis órganos vibraban, en particular mi estómago que sonaba como cuando uno está nervioso, con hambre o se acerca el amor de su vida. No la podía dejar escapar, tenía que llevarme algo, por lo menos el cel.

 Los Alamos no ayudaba en este momento. Necesitaba algo parecido al tema de Rocky para juntar valor y decirle algo. Mientras tanto la seguía y le miraba el culo fantaseando con tenerlo delante mío en un sommier king size a estrenar.

En un arrebato de coraje, furia y decisión, me acerco y le digo "Hola". Ella me ignora y sigue caminando. Yo la tomo por las caderas y le apoyo mi bulto con una proto-erección. Ella se asusta y comienza a gritar desesperadamente. Yo le digo "Esto es pasión..." y la abrazo con mucha fuerza mientras ella sigue gritando por policías y ayuda. Yo cierro los ojos y sigo disfrutando de ese apoyo tan terrenal.

Al abrir los ojos noto que sigo sentado en el muro de la UTU de Arroyo Seco atento porque a pocos metros venía otro camionazo. Esta vez una rubia veterana de esas 100-70-100 que me encantan. Ésta ilusión va a durar un poco más...

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